La banda de música regional mexicana Los Alegres del Barranco logró evitar un juicio penal por apología del delito tras la proyección de imágenes del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, durante un concierto en marzo pasado en Zapopan, Jalisco. Sin embargo, el grupo aún enfrenta una investigación por presuntas operaciones con recursos de procedencia ilícita.
De acuerdo con información de la Fiscalía del Estado de Jalisco, un juez concedió este lunes la “suspensión condicionada del proceso” a los cuatro integrantes de la banda, así como al promotor y al representante, quienes habían sido acusados formalmente en mayo por apología del delito. La medida judicial les permite mantenerse en libertad, pero bajo ciertas condiciones.
Entre las obligaciones impuestas, los músicos deberán residir en Guadalajara, realizar trabajo comunitario, ofrecer charlas preventivas a jóvenes, realizar donativos sociales y presentarse periódicamente ante las autoridades. Además, como parte del acuerdo para reparar el daño, la banda lanzó recientemente la canción “El Consejo”, con un mensaje dirigido a desalentar conductas delictivas entre la juventud.
La controversia estalló a finales de marzo, cuando durante una presentación en Zapopan se proyectaron imágenes de “El Mencho”, lo que llevó al Departamento de Estado de Estados Unidos a cancelar las visas de los integrantes del grupo. El caso generó un fuerte debate en torno a los límites de la libertad artística y el papel de la música en contextos de violencia.
No obstante, el caso judicial no está cerrado del todo. La Fiscalía estatal continúa una investigación por lavado de dinero, en la que se examina si los ingresos generados en ese concierto fueron obtenidos de manera ilícita. Como parte del proceso, las autoridades han retenido alrededor de 300 mil dólares vinculados al evento.
Este episodio se da en un contexto en el que el gobierno federal, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha expresado su intención de combatir la normalización de la violencia en la música regional mexicana. Una de sus iniciativas más recientes es la promoción de un concurso de composiciones que destaquen valores como el amor, la paz y el desamor, como una alternativa a los llamados “narcocorridos”, que han ganado popularidad entre el público joven.
Los corridos —género que data del siglo XIX y se consolidó durante la Revolución Mexicana— han evolucionado en las últimas décadas, con nuevos exponentes como Peso Pluma y Natanael Cano que mezclan elementos tradicionales con sonidos contemporáneos para dar forma a los “corridos tumbados”. El debate sobre el contenido de sus letras sigue vigente.
Mientras tanto, Los Alegres del Barranco continúan bajo la lupa judicial y en el centro de una discusión que trasciende el ámbito musical.